Lo primero que haremos, es precalentar el horno a 170ºC. Colocar la mantequilla, en un pequeño cazo. A fuego suave, dejar que se derrita lentamente. Después, cocinar la mantequilla unos minutos más, hasta que toma un color avellana. Entonces apague el fuego, cuele la mantequilla en un bol. deje que se enfrié hasta 40ºC aproximadamente.
Por otra parte, en el bol de la batidora, equipada con la pala, ponga todos los ingredientes secos y mezcle. después añada las claras de huevo, tal cual, sin montar, ni batir. Mezcle muy bien, hasta que las claras, se integren perfectamente con los ingredientes secos. Incorpore opcionalmente, algún aroma, en este caso, pasta de vainilla. Por último, añada la mantequilla enfriada y mezcle unos segundos más, hasta que se integre.
Extienda la masa de financier, en una bandeja de horno 22 cm de lado y 3 cm de alto. Hornear entre 30 y 35 minutos. Deja enfiar el financier, fuera de la bandeja de horno, sobre la rejilla del horno. después recorte el financier, utilizando un cuchillo, y como referencia un aro para tartas con altura 4,5 cm. Presiona el aro hacia abajo, para que el bizcocho, quede en el interior del aro. reserva .
PRALINÉ CREMOSO
INGREDIENTES
4 gr gelatina, 2 hojas 200 bloom
190 gr nata
3 yemas
25 gr azucar
75 gr praliné avellana
35 gr chocolate 66% derretido
PREPARACION:
Hidratamos la gelatina en agua fría, hasta que se ablande. Escurra el exceso de agua y reserve. En un bol mediano, mezclamos el chocolate derretido, con el praliné de avellanas.
En otro bol, combine las yemas y el azúcar. Hierba la nata y añada a la mezcla de las yemas, removiendo con las varillas cocina el conjunto, en un cazo, hasta 82ºC. apagamos el fuego y echamos la gelatina, en la crema caliente.
Vertemos esta crema sobre el chocolate desecho y combinamos bien con las varillas, batimos después con un batidor de inmersión, para homogenoizar.
MOUSSE DE PRALINÉ
INGREDIENTES
175 gr praliné de avellanas
85 nata 30% de grasa como mínimo
6 gr de gelatina, 3 hojas
130 gr nata batida en picos suaves
PREPARACION:
Hidratamos la gelatina en agua fría y reservamos.
Herrvimos los 85 gr de nata y añadimos la gelatina, para que se disuelva. Vertemos la nata sobre el chocolate desecho y el praliné, mezclamos hasta que este homogéneo.
Incorporamos la nata batida en picos suaves, en dos o tres veces, mezclando suavemente ,con una espátula de goma.
Extendemos la mousse sobre el praliné cremoso gelificado y reservamos en el congelador.
STRUDEL DE AVELLANA
INGREDIENTES:
100gr mantequilla
100gr avellanas tostada molida
80 gr azúcar moreno
80 gr harina de trigo
PREPARACION:
En un bol grande mezclamos la mantequilla y el azúcar, hasta que este homogéneo. añadimos todos los ingredientes y mezclamos hasta conseguir una bola. envolvemos la masa en papel film y la reservamos en el congelador 20 minutos. Desmenuzamos el strudel, sobre un tapete de silicona, o papel de horno, con la ayuda de una rejilla de horno, como si fuera una crumble. Horneamos 15 minutos a 170ºC.
Para terminar sacamos la tarta del congelador, subimos un poco el aro, esparcimos el strudel, ligeramente desmenuzado, sacamos el aro con cuidado y dejamos descongelar antes de consumir. Preferiblemente en la nevera.
Es perfecto para un día de fiesta, una pieza de solomillo, rodeada de una farsante de chalotas, champiñón y foie, envuelta en una capa de hojaldre.
Es una receta laboriosa, pero fácil y sencilla.
INGREDIENTES:
Solomillo de ternera 1 kgs
Chalotas 4
Champiñones 600gr
Nata líquida 15 ml
Salsa Worcestershire 15 ml
Paté de foie 50 gr
Masa filo 1
Hojaldre rectangular 1
Huevo batido 1
Aceite de oliva virgen 45 ml
Mostaza Dijon
Tomillo seco
Sal
Pimienta negra molida
PREPARACIÓN:
Picamos las chalotas, limpiamos los champiñones, rehogamos y salpimentamos hasta que no quede nada de jugo. Añadimos la nata, la salsa Worcestershire, cocemos un par de minutos, retiramos y dejamos enfriar.
Sellamos el solomillo, calentamos una plancha o sartén grande, añadimos un poco de aceite y sellamos el solomillo a fuego fuerte por todos sus lados. Retiramos y dejamos enfriar.
Procedemos con la receta. Extendemos una o dos laminas de Filo sobre la mesa de trabajo y sobre ella extendemos la duxelle, el paté de foie en trocitos y espolvoreamos con tomillo. Untamos el solomillo con una capa fina de mostaza y lo colocamos en un lado. Envolvemos con la masa filo, recortamos el sobrante de los laterales.
A continuación extendemos el hojaldre sobre una hoja de papel de horno y colocamos encima el solomillo. Envolvemos, dejando la unión del hojaldre en la parte inferior y cerrando los lados, para ello que nos ayudamos de huevo batido. Pincelamos toda la superficie del hojaldre, podemos decorar con tiras.
Dame tu opinión. La mezcla se sabores, es insuperable¡¡
Lo podemos acompañar con cebolletas glaseadas. con zanahorias, con patatas hervidas con eneldo.. lo que mas te guste.
El pastel vasco es un delicioso postre de identidad vasco-francesa cuyo origen nos remonta al siglo XVIII y a la ciudad de Cambo-les-Bains, donde se hacía solo con harina y se conocía por el nombre de «bistochak». Se popularizó durante la primera mitad del siglo XIX entre los marineros que pasaban por la zona, quienes lo llamaban «pastel de los vascos» y con ese nombre se quedó.
La receta de la época incorporaba moras, cerezas, arándanos, higos y otras frutas de los caseríos de la zona (según la temporada) y el pastel vasco se reservaba para grandes ocasiones o comidas de domingo. Desde Biarritz se extendió por el norte de España y hoy en día se encuentra en la mayoría de las pastelerías del País Vasco.
INGREDIENTES: Para 8 personas
Leche entera (para el relleno)400 ml
Azúcar (para el relleno)40 g
Harina de maíz refinada (para el relleno)50 g
Huevo (para el relleno)2
Canela en rama (para el relleno)1
Mantequilla (para el relleno)50 g
pasas
copita ron
Harina de trigo (para la masa)300 g
Azúcar (para la masa)150 g
Almendra molida (para la masa)60 g
Mantequilla muy fría (para la masa)200 g
Huevo (para la masa)2
Huevo para pincelar el pastel1
Preparación del relleno
Para agilizar el proceso preparamos la crema pastelera en el microondas. Para ello, en un recipiente hondo apto para este electrodoméstico introducimos todos los ingredientes excepto la mantequilla. Removemos con unas varillas para obtener una mezcla homogénea.
Cocemos en el microondas a máxima potencia durante tres minutos. Retiramos y removemos con las varillas para homogeneizar. Cocemos de nuevo dos minutos más a máxima potencia. Retiramos, añadimos la mantequilla, removemos con las varillas y, cuando la crema esté homogénea, cubrimos con papel film y dejamos enfriar.
Preparación de la masa
Es importante trabajar la masa con la mantequilla bien fría, para ello la introducimos en el congelador 30 minutos antes de incorporar al resto de ingredientes.
En un recipiente amplio y hondo mezclamos bien la harina, el azúcar, la almendra molida y un pellizco de sal. Añadimos la mantequilla helada cortada en dados. Mezclamos con las yemas de los dedos pellizcando la mantequilla hasta obtener una especie de migas.
Batimos los huevos y los añadimos a la mezcla anterior. Removemos con suavidad y evitando calentar la masa en exceso, podemos usar un cuchillo para la tarea. Terminamos amasando ligeramente con las manos para homogeneizar. Dividimos la masa en tres partes iguales y las envolvemos con papel film. Guardamos en la nevera por lo menos una hora.
Montaje y horneado
Cuando la masa esté bien fría retiramos una de las porciones de la nevera y la extendemos sobre una mesa de trabajo espolvoreada con harina. Cortamos un círculo del diámetro del molde (20 centímetros en nuestro caso) y lo colocamos sobre la base, previamente cubierta con papel vegetal.
Sacamos otra de las porciones de masa de la nevera, espolvoreamos de nuevo la superficie de trabajo y la estiramos dando forma alargada. Cortamos una o dos tiras del alto del molde y las colocamos en los laterales, cubriendo todo el contorno. Presionamos con la base para unir ambas piezas y evitar que se salga el relleno.
Rellenamos con la crema pastelera fría y trasladamos el molde a la nevera durante unos 15-20 minutos, para darle nuevamente un golpe de frío. Esto hará que sea más fácil terminar el montaje de nuestro pastel.
Ahora solo queda extender la última porción de masa que tenemos en la nevera sobre una superficie espolvoreada con harina y cortar otro disco del diámetro del molde. Colocamos sobre la crema pastelera y pellizcamos la masa superior con la del borde para cerrar bien el pastel. Podemos aprovechar para hacer un dibujo bonito en el borde.
Con ayuda de un cuchillo afilado hacemos unos cortes superficiales en forma de rombo en la superficie, a modo decorativo. Batimos el huevo que nos queda y pincelamos el pastel con suavidad. Cocemos en la parte más baja del horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante 40-45 minutos o hasta que esté dorado.
En la crema he puesto pasos de corinto emborrachadas en ron.
He encontrado éste aperitivo en un blog en internet, he modificado ligeramente, lo comparto porque son muy agradable, los contrastes de sabores y visiblemente muy atractivo.
INGREDIENTES:
1 mango maduro
150 ml pedro Ximénez
2 hojas de gelatina
150 gr foie mi-cuit
100 ml nata
125 ml caldo de ave
pimienta
sal
*sal de cabernet Souvignon opcional
PREPARACION
preparamos la espuma de foie ponemos en un cazo el foie mi-cuit previamente ortadoen láminas, junto con la nata liquida, el caldo de ave, una pizca de sal y pimienta.
Llevamos a la ebullición.
Trituramos, colamos e introducimos en el sifón, colocamos una carga y metemos en la nevera un mínimo de 4 horas. yo lo he dejado 1 día.
Ponemos las hojas de gelatina a remojar en agua fría unos 5 minutos.
Calentamos el Pedro Ximenez en un cazo y añadimos la gelatina previamente escurrida, removemos hasta que se disuelva.
Retiramos del fuego y rellenamos 1/6 parte del chupito.
introducimos en el frigorífico durante unas 3 horas para gelifique la gelatina.
pelamos el mango y cortamos en trozos trituramos hasta obtener un puré de mango.
Montamos el aperitivo, sobre la gelatina PX montamos el puré de mango y finalmente aplicamos el sifón para colocar la espuma de foie.
Por encima echamos un poco de sal, si tiene color más vistoso.
Para degustar este aperitivo debemos coger con una cucharita las tres texturas a la vez.
Este poste es muy agradable, tiene este punto ácido que unido al dulce lo hace irresistible!!
INGREDIENTES
Bizcocho:
4 huevos ( 200gr )
100 gr azúcar
100 gr harina
Crema:
2 limones, zumo y ralladura ( 100 gr zumo )
3 yemas ( 45 gr )
200 gr azúcar
10 gr maicena ( 1 cucharada )
25 gr maicena
200 gr nata
Merengue:
150 gr azúcar
3 claras ( 150 gr )
PREPARACIÓN :
Con la batidora al máximo, se baten los huevos con el azúcar hasta que estén muy esponjosos. Con la batidora al mínimo, se añade poco a poco la harina y ya no se bate más.
En una placa de horno cubierta de papel o tela de silicona se extiende la mezcla y se mete en el horno fuerte a una Tº 190ºC unos 7 minutos.
Cuando esta hecho, se desprende del papel y se enrolla en un trapo espolvoreado de azúcar para q no se pegue, manteniéndolo así hasta que se enfría.
CREMA
Se mezcla el azúcar y la maicena y se añaden las yemas, (las blanqueamos) el zumo, la ralladura de limón; se pone al fuego para que espese sin dejar de remover. Cuando ha cocido un par de minutos, se retira del fuego se añade la mantequilla y se deja enfriar.
Se reserva la cuarta parte de la crema y el resto cuando esté fría, se mezcla con la nata montada sin azúcar.
La crema de limón mezclada con la nata se emplea para el relleno, la que hemos reservado sin mezclar sirve para cubrir el brazo.
Merengue:
Mezclar en un cazo las claras y el azúcar y calentarlos suavemente hasta que las claras pierdan viscosidad( unos 50ºC). Se ponen a batir a punto de nieve hasta que estén firme y brillantes.
Poner una capa gruesa de merengue sobre el brazo que hemos cubierto de crema de limón, hacer estrías imitando a la madera y gratinar. Puede adornarse con guindas o frutas escarchadas.
Hoy presento una receta de guisantes que he descubrierto en la web de Karlo Arguiñano. En el mercado encontré guisantes frescos de Llavaneras; la hecho y ha salido riquísima¡¡
Ingredientes:
1/2 rabo de ternera
400 gr. de guisantes frescos de Llavaneras (BCN)
4 huevos
1 cebolleta
2 zanahorias
100 gr. de jamón ibérico
3 hojas de gelatina
agua
aceite de oliva virgen extra
vinagre
sal
perejil
Preparación:
Trocea el rabo de ternera y colócalo en la olla. Agrega las zanahorias, la parte verde de la cebolleta y unas ramas de perejil. Cubre con agua, sazona y coloca la tapa. Cuece el rabo durante 1 hora a fuego muy suave. Cuélalo con una estameña y resérvalo. Separa 1/2 litro de caldo y añádele 3 hojas de gelatina (remojadas en agua fría y bien escurridas). Remueve hasta que la gelatina se diluya. Resérvalo.
Cuece los guisantes durante 10-12 minutos en una cazuela con agua y una pizca de sal. Escúrrelos. Pica la cebolleta finamente y rehógala un poco con una pizca de sal. Antes de que coja color, añade el jamón picadito y los guisantes. Saltea brevemente y deja que se enfríen.
Pon abundante agua a calentar en una cazuela con un chorrito de vinagre y sal. Cuando empiece a hervir, casca los huevos, añádelos y escálfalos durante 3-4 minutos. Sácalos, escurre toda el agua y deja que se enfríen. Recórtales la clara y resérvalos.
Reparte los guisantes con jamón y el huevo en 4 recipientes. Coloca encima el huevo y vierte el caldo encima con mucho cuidado. Introduce en el frigorífico y espera a que se gelifiquen. Adórnalos con unas hojas de perejil.
se puede hacer sin gelatina, pero me interesaba presentarlo para cena fría. sin gelatina nos queda una cena, muy agradable.
Hoy voy a compartir un pastel de cabracho; hace algún tiempo leí en un suplemento de gastronomía un articulo sobre éste pescado que me pareció interesante os lo dejo por si interesa, aunque sea un poco largo, vale la pena¡¡
Sucede en ocasiones que hay productos que se asocian a una receta determinada, o a varias, y el caso de nuestro protagonista es uno de los más evidentes. Cuando se habla de cabracho casi todas las miradas y argumentos se dirigen a una forma concreta de prepararlo: el pastel, pudin o paté que se elabora con este pescado y que el afamado chef Juan Mari Arzak preparó casi de casualidad.
Según cuenta el propio Juan Mari, fueron los hermanos Troisgros, en su restaurante, los que le enseñaron a hacer un pastel de pescado utilizando escórporas, una de las especies de la familia. De vuelta a casa se animó a prepararlo pero la prueba no debió salir muy bien. Antes de deshacerse de los restos del fracaso utilizó algún huevo más, lo mezcló todo bien y, por último, lo cuajó hasta conseguir la receta que más fama le ha dado.Tan grande ha sido el éxito de esta preparación que desde hace tiempo tiene numerosas versiones industriales para que los seguidores más fieles y acomodados no se enfrenten al engorro de quitar las numerosas espinas que tiene este pescado. Pero, en general, el resultado se suele parecer poco a la versión original.
En fin, que los atajos para disfrutar de un buen pudin de cabracho no son recomendables: hay que dedicar tiempo en la cocina y recurrir a la mejor materia prima posible para obtener un buen producto final.
Características
El cabracho pertenece a la familia de los escropénidos y bajo esta denominación son unas cuantas las especies que habitualmente se encuentran en las pescaderías: escórpora, gallineta, rascacio… Eso sí, con nombres diferentes según las distintas zonas y países: cabrarroca en el País Vasco o tiñosu en Asturias, mientras que en Cataluña el término más utilizado es el de escórpora y los franceses hablan de rascasse.
Según la especie, la zona de captura y el fondo marino en el que viva su color puede variar entre el rojo intenso, el rosáceo y el rojo parduzco. En relación al color, precisamente, una de sus curiosas características es que lo puede modificar a su antojo, así que esta técnica de camuflaje resulta perfecta para atrapar a sus presas.
Los ejemplares jóvenes suelen localizarse más cerca de la costa que los adultos, de forma que sus capturas resultan más sencillas. En las pescaderías se conocen como cabritas y son las que proliferan en los mostradores. Así lo comenta Ángel Muñoz, propietario de Pescados Muñoz: «Los ejemplares adultos, de entre uno y dos kilos, viven más alejados de la costa, en fondos marinos que pueden llegar a los 300 o 400 metros de profundidad, y las capturas resultan más dificultosas». Sobre todo, porque el cabracho permanece casi siempre quieto y oculto. De esta forma, inmóvil y gracias a su camuflaje, los numerosos crustáceos y moluscos de los que se alimenta no advierten la trampa mortal que se les avecina.
Como la mayoría de los pescados de roca, Ángel Muñoz asegura que su presencia cada vez es más minoritaria. Él mismo estuvo en Cambrils hace unas semanas «y el día que llegaban cuatro cabrachos adultos era algo extraordinario» ya que habitualmente no entran en las redes con las técnicas de arrastre tradicionales. Suelen picar los aparejos de fondo cebados con una gran variedad de carnadas, pero también a todo tipo de señuelos que pasan lo suficientemente despacio y cerca de su boca.
Estas escasas capturas hacen que sea un pescado muy irregular, casi de encargo, que no se ve todos los días y que muchos consumidores piden a su pescadero de confianza con tiempo. Por ejemplo, para elaborar la receta que ha preparado el chef del restaurante El Chalet, Ángel Conde, el propietario de Pescados Muñoz ha conseguido en la lonja de Vigo dos estupendos ejemplares de más de un kilo. Para Ángel Muñoz, su carne blanca, prieta y firme es un bocado estupendo, «muy sabroso», con ese recuerdo al sabor del marisco que se ha ganado a tantos consumidores. Él mismo confirma que el 90% de los clientes se lo lleva para preparar la receta del afamado pastel de Arzak o alguna versión parecida. «Prácticamente no lo limpiamos –prosigue–, quitamos las agallas y la tripa y así se cuece, con unas verduras».
Eso sí, a la hora de manipularlo hay que tener mucho cuidado. «Sus espinas, sobre todo las de la cresta –explica Ángel Conde– son venenosas». Lo mejor es introducir el índice y el pulgar en la boca, separándolos todo lo que den de sí dentro de sus fauces. Y a ser posible, protegiendo las manos con unos guantes como hace este cocinero.
Usos culinarios
El chef del restaurante El Chalet trabajó unos cuantos años en Cataluña donde el cabracho es uno de los reyes de las calderetas y de los fondos y caldos de pescados. «Se pueden preparar con él unas sopas buenísimas», asegura. La caldereta asturiana es de las que más fama tiene. Se elabora con diferentes clases de mariscos y pescados entre los que se encuentra nuestro protagonista.
De origen francés es la popular bullabesa, una sopa que no se entiende sin la presencia del cabracho, aunque se pueden añadir otros peces así como marisco. Y de regreso a España, mientras en el Mediterráneo es más habitual prepararlo guisado o en sopa, en el norte se suele recurrir a la brasa o al horno. Las croquetas también quedarán estupendas pensando, sobre todo, en los más pequeños de la casa, e igualmente se puede optar por este pescado para acompañar una receta de arroz o de pasta.
Una forma muy sencilla de hacerlo es al horno precalentándolo a 210 grados. Mientras tanto, se dora suavemente una cebolla cortada en juliana. En una fuente se pone la cama de cebolla y se coloca encima el cabracho abierto y untado con aceite. Según el tamaño, se hornea entre 15 y 20 minutos y, para terminar, se añaden o no unas gotas de limón. Al gusto.
Eso sí, cuidado de nuevo con las espinas a la hora de comerlo. A modo de conclusión, Ángel Conde destaca lo fino que es, «a medio camino entre una buena merluza y una lubina salvaje». Afortunadamente, una especie rescatada y recuperada de entre los muy dignos pescados de morralla con los que se preparan tan buenos caldos y fondos.
Ingredientes:
1 cabracho grande
8 huevos grande
1/4 salsa de tomate
1/4 l nata líquida
1 puerro
1 cebolla
1 ajo
1 manojo de perejil
pan rallado
mantequilla
sal, pimienta blanca molida
Preparación:
Sozonar el cabracho entero y limpio y ponerlo a cocer en agua con el puerro, la cebolla – pelada y cortada por la mitad-, con el diente de ajo y el perejil.
Cuando esté cocido, lo sacaremos del caldo y esperaremos a que se temple. Recuperaremos la carne de cabracho con cuidados, retiraremos todas las pieles y las espinas, desmenuzaremos el cabracho lo más pequeño posible y reservamos.
En un bol batimos los huevos junto con la pimienta, el tomate y la nata, corregimos el punto de sal he incorporamos el cabracho; volvemos a batir hasta que quede como una crema.
Untamos un molde con mantequilla y espolvoreamos con pan rallado, ( fondo y paredes) una vez preparado el molde, vertemos en el todo el contenido del bol. introducimos el molde tapando con papel de aluminio en el horno precalentado 225º c durante 1 hora.
Un veaz cocido dejaremos que se enfríe antes de desmoldar; para comprobar que el pastel éste cocido, lo pinchamos, debe salir limpia la punta.
Cortamos el pastel de cabracho y lo servimos acompañado de mayonesa o salsa rosa, decoramos con lechugas variadas y limón.
Este postre lo aprendí en un curso de pastelería, en la escuela de cocina Hofman, en memoria de Mey Hofman ya que hace un año que falleció a la edad 69 años a causa un cancer.
Consiguió una escuela de cocina de gran reconocimiento nacional e internación, en la que impartieron clases grandes cocineros como Arzak o Ducasse..
Tenía un restaurante con estrella Michelin, una taberna y una reputada pastelería en el barrio del Born.
«Los mejores cruasanes de Barcelona se siguen comiendo en la pastelería de Mey», asegura por teléfono el chef Sergi Arola. «Y te lo digo porque la semana pasada me comí uno».
Ingredientes:
1 l helado de vainilla
250gr frutas del bosque
Savarin:
250gr harina
5 gr sal
25 gr azúcar( 1 cucharada )
20 gr levadura ( depende de la temperatura )
3 huevos
85 gr mantequilla
Almibar:
175 gr azúcar
1/2 agua
1 piel de limón
1/2 vaina de vainilla
50 gr ron
Preparación:
Amasar la harina con sal, el Azúcar y la levadura, añadir los huevos uno a uno.
Trabajar la masa hasta conseguir que se despegue de las paredes del recipiente, incorporar la mantequilla.
Rellenar moldes de silicona de 5 cm de diámetro. Fermentar la masa hasta que doblen de de volumen.
Cocer a 180ºC durante 20 minutos. Enfriar.
Almibar:
Hervir el agua con azúcar, la vainilla y la piel de limón. Retirar del fuego, añadir el ron y emborrachar los savarines.
Servicio:
Emplatar el savarin y con la ayuda de una manga pastelera colocar encima el helado de vainilla. Decorar con frutos del bosque.
Gastronomía para pensar. Vinos, destilados, cocteles, gastronomía, libros, viajes, pecados, cultura y estilo de vida. Esnobismo. Punto. 23 de mayo 2023